En su reciente publicación, el crítico norteamericano destaca dos vinos de Viña Morandé entre los más innovadores tintos chilenos bajo US$35. Ambos forman parte de la línea Aventuras de la bodega, reconocida por su espíritu pionero y por “elaborar vinos auténticos, frescos y fáciles de beber”.
A la delantera de dicha tendencia, James Suckling subraya la labor de Ricardo Baettig como un enólogo audaz, que ha liderado el concepto experimental de los vinos que la bodega ofrece bajo el nombre de Aventuras (Adventures). Pero también destaca el empleo de variedades mediterráneas cultivadas en el secano de Maule e Itata que le permiten a Baettig crear vinos sencillos y de refinada elegancia, jugosos y fáciles de beber. Todo ellos muestran un Chile cada vez más variado y auténtico en el ámbito vitivinícola.
Los dos vinos de Viña Morandé destacados por Suckling son Mediterráneo y Creole. Mediterráneo es una mezcla exuberante de uvas que provienen del Secano Interior del Valle de Loncomilla en el Maule. Muestra una exótica expresión aromática de garnacha, syrah y cariñena, con algo de marsanne y roussanne, y se destaca por su jugosidad de frutos rojos, una gran acidez y un toque elegante de madera.
Según Suckling, Creole “va aún más lejos” al combinar uvas de cinsault del Itata y de cepa país del Maule, variedades que dan vida a un vino sencillo y muy fácil de beber. Muestra una fruta vibrante gracias a la maceración carbónica en huevos de cemento, mezclada con un toque de fina rusticidad aportada por la cepa país.
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